Keisha la tigre
Keisha la tigre nació en 2000 en un pseudo santuario en Sinclairville, NY llamado JnK’s Call of the Wild. Ella fue la segunda generación de los tigres nacidos en esa instalación y algunos informes indican que 5 generaciones nacieron allí durante los años. Aunque su sitio web proclama ser un santuario, de hecho, todos menos uno de los 11 tigres fuero criados para ser utilizados con fines lucrativos. De acuerdo con los voluntarios, Zeus era el hijo de la hembra original, Kimba, y luego fue cruzado con su madre para crear los otros 9 tigres, incluyendo Keisha. Esto comúnmente se realiza con el propósito de crear tigres blancos, que son el resultado de la endogamia severa.
Lo que vimos durante el rescate era sufrimiento y condiciones inimaginables que amenazaban a todos en el área. JnK tenía varios citatorios por no permitir el ingreso a los inspectores a la propiedad, pero en muchos casos los que son considerados menos incriminados son los que realmente responden a la puerta y dejan que los inspectores vean lo que están haciendo.
La oficina del fiscal del estado de Nueva York decidió enviar un mensaje a todos los criadores de traspatio, distribuidores y pseudo santuarios que ya no se harían a la vista gorda ante el peligro que estas instalaciones representan para el público y pusieron en marcha el mayor decomiso de animales salvajes en la historia de Nueva York. Con la ayuda de IFAW y varios santuarios, 11 tigres, 3 leones,3 osos, y 2 lobos fueron rescatados ese día de mayo de 2014.
Keisha sólo tiene la mitad de una oreja y una pequeña cola. Creemos que los perdió ante los leones que vivían en la jaula de al lado de ella en NY. En todo el recinto de los osos y grandes felinos comparten paredes comunes donde podrían llegar fácilmente a través de las mismas y lesionar o matar unos a otros.
Big Cat Rescue fue a NY pensando en llevar a casa cuatro de los tigres, pero uno de ellos falleció antes de que lleguemos y nadie parecía saber cuándo ni cómo. El otro tigre, el que fue la mama de Keisha y de Zeus, era una tigresa de 20 años llamada Kimba. Ella estaba en tan mal estado que no pudimos salvarla, pero al menos ella murió aquí en mejores condiciones y rodeada de amor.
Tal vez lo peor de toda la situación en Nueva York es que es típico ya cómo tratan a los grandes felinos en Estados Unidos. Usted puede poner fin a eso reusándose a pagar para ver o tocar un cachorro.